10 de agosto de 2012

Tus plantas son lo que beben



Existe una relación directa entre la calidad del agua que utilizamos para regar nuestro jardín y el bienestar de las plantas. En ocasiones, podemos observar que nuestras plantas, árboles o cultivos no tienen el color o el tamaño esperado, y en gran parte eso puede deberse, entre otros factores, a que el agua que utilizamos para su riego no es la más recomendable, debido a las sustancias y elementos que puede acumular.


Por ejemplo, si regamos con aguas "duras", es decir, ricas en sales de calcio y de magnesio,con el tiempo, se alcaliniza el suelo o sustrato y provoca carencia de nutrientes, como por ejemplo el hierro, elemento que es necesario para que las plantas realicen de forma adecuada la fotosíntesis, lo que a su vez puede ser la causa indirecta de la aparición de un color blanco y manchas en las hojas.

Conocer la salinidad del agua que utilizamos para el riego de nuestro jardín es también muy importante, ya que una concentración elevada puede dificultar el crecimiento de nuestras plantas. Para ello será necesario analizar los cloruros y la conductividad.

Los cloruros suelen estar relacionados con problemas de intrusión salina, especialmente en zonas próximas al mar. Si este parámetro registra concentraciones elevadas puede causar daños irreversibles en las plantas. Por su parte, cuando hablamos de conductividad nos referimos a la capacidad del agua para conducir la corriente eléctrica (a mayor número de sales disueltas en el agua, mayor será la conductividad).

Otro aspecto a tener en cuenta en nuestra agua de riego son los nitratos, se trata de un nutriente esencial para las plantas, que debe ser controlado para mantenerlas en perfecta salud y obtener una producción óptima. Sin embargo, los niveles excesivos son nocivos y pueden ser incluso tóxicos, "quemando" las plantas.

Estos son solo algunos de los parámetros que deberemos controlar antes de proceder al riego de nuestro jardín. Si tus plantas no tienen el aspecto idóneo, quizás se deba al agua que beben. Para llevar a cabo el tratamiento más idóneo, será importante conocer en primer lugar el agua que vamos a utilizar, por ello desde Labocheck, te recomendamos analizarla. 

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