Como veíamos la pasada semana, conocer el estado
del agua de la piscina en la que disfrutamos de nuestros baños durante el
verano es muy importante, ya que no solo estamos en contacto directo con esa
agua, si no que de forma accidental podemos llegar a ingerirla, y más cuando se
trata de niños.
Inevitablemente, el agua de la piscina está sujeta a contaminación y a degradación debido a la acción
del viento, la lluvia, el sol y, sobre todo, de los propios bañistas, por lo
que para mantener la calidad adecuada, ésta debe someterse a tratamientos
físico-químicos. Para ello, antes de seleccionar el mejor tratamiento,
deberemos conocer el estado de la misma.
A través del análisis de agua Check Piscina de Labocheck podremos
conocer, de una forma rápida y cómoda, la calidad físico-química y
microbiológica del agua, detectando posibles contaminaciones.
Entre los parámetros analizados, Check Piscina incluye el
análisis del ácido isocianurico, utilizado como estabilizante del cloro y que
en cantidades elevadas puede disminuir su acción; o la alcalinidad, que nos
informa sobre la presencia de sales. Si ésta presenta niveles
superiores a lo recomendado, puede provocar turbidez en el agua, aumento del pH
e incluso incrustaciones.
También, en la muestra que el usuario nos envía, podemos
detectar si hay contaminación de origen fecal, a través del indicador
microbiológico E.Coli.
Analizamos, además, el pH, para saber si un agua es
ácida, neutra o básica; el Potencial Redox, que nos mostrará el potencial de
reducción u oxidación que tiene el agua; la Pseudomonas
aeruginosa, conociendo de esta manera si existen o no este tipo de bacterias en el agua que pueden causar infecciones; o la turbidez, partículas de materia que pueden proteger a los microorganismos de los efectos de la desinfección y estimular la
proliferación de bacterias.
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