El agua es esencial para las plantas al igual que para el resto de seres vivos. No solo importa la cantidad de agua, sino también la calidad de la misma. Un agua salobre es perjudicial para las plantas, pudiendo afectar no solamente a su crecimiento, sino incluso llegar a provocar que el suelo deje de ser apto para los vegetales.
La conductividad del agua nos informa acerca de la cantidad de sales que contiene, siendo los cloruros y los sulfatos las sales que más suelen afectar a la conductividad. Conductividades superiores a 2.000 µS/cm indican que el agua puede comenzar a ser salobre, debiéndose utilizar con precauciones para el riego.
Ademas de las sales, hay otros elementos que son necesarios para las plantas, pero que en concentraciones elevadas pueden ser tóxicos, como es el caso del Boro y otros elementos.
También es importante conocer la concentración de nutrientes, en especial nitratos.Si un agua contiene nitratos, puede llegar incluso a no ser necesario añadir fertilizantes nitrogenados en el agua, ya que el nitrógeno es esencial para las plantas, pero un exceso también puede provocar efectos nocivos en las mismas.
Dada la importancia del agua para la buena salud de las plantas, se hace necesario evaluar su calidad para determinar los cuidados necesarios para tu jardín, y más aún si se trata de hortalizas o árboles cuyos frutos se van a destinar al consumo humano. Es por ello que, desde Labochek, te animamos a analizar la calidad de tu agua de riego con nuestro Check Agro.
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