Tomar una buena cantidad de líquidos es indispensable para mantener nuestro organismo hidratado, así como para eliminar toxinas y prevenir la fatiga. El agua ayuda a que nuestro organismo funcione correctamente, de manera que se recomienda estar suficientemente hidratado en todo momento. Pero, ¿cómo sabemos si estamos bebiendo la suficiente agua?
El primer indicador de que necesitas hidratarte es la sensación de sed. Sin embargo, si no tienes sed y tu orina es casi transparente, seguramente estés bien hidratado.
Por otra parte, si eres deportista deberás beber antes, durante y después de hacer ejercicio, sumando un total de hasta tres vasos adicionales al día, como mínimo. Beber antes de entrenar te ayudará a rendir más y mejor, así como a quemar más grasa. Cuando acabes de entrenar, el agua te ayudará a reponer las pérdidas de líquido y a recuperarte del esfuerzo.
El lugar donde vives también es determinante a la hora de tener en cuenta la necesidad de líquido que tienes que beber. Si vives en un clima húmedo y caliente perderás más líquidos, por lo que necesitarás ingerir mayor cantidad de agua. De igual modo, si vives en una ciudad situada a más de 2.500 metros de altura, tu organismo precisará más agua, ya que debido a la respiración acelerada estará perdiendo más líquidos que en una zona más baja.
La estación del año también interfiere en tu hidratación. Aunque en verano es cuando más agua tenemos que beber, permanecer en lugares con calefacción en invierno también hace que nuestro cuerpo pierda su humedad.
Tu estado de salud es clave a la hora de conocer la cantidad de agua que necesitas, pues en caso de tener diarrea, vómitos o fiebre, necesitarás más líquidos. Además, las mujeres embarazadas deberían tomar un promedio de 10 vasos de agua al día y hasta 13 vasos en etapa de lactancia.
Para finalizar este post sobre la importancia de mantenerse hidratado, desde LABOCHECK, creemos interesante que conozcas ciertos momentos clave ideales para ingerir agua:
Por otra parte, si eres deportista deberás beber antes, durante y después de hacer ejercicio, sumando un total de hasta tres vasos adicionales al día, como mínimo. Beber antes de entrenar te ayudará a rendir más y mejor, así como a quemar más grasa. Cuando acabes de entrenar, el agua te ayudará a reponer las pérdidas de líquido y a recuperarte del esfuerzo.
El lugar donde vives también es determinante a la hora de tener en cuenta la necesidad de líquido que tienes que beber. Si vives en un clima húmedo y caliente perderás más líquidos, por lo que necesitarás ingerir mayor cantidad de agua. De igual modo, si vives en una ciudad situada a más de 2.500 metros de altura, tu organismo precisará más agua, ya que debido a la respiración acelerada estará perdiendo más líquidos que en una zona más baja.
La estación del año también interfiere en tu hidratación. Aunque en verano es cuando más agua tenemos que beber, permanecer en lugares con calefacción en invierno también hace que nuestro cuerpo pierda su humedad.
Tu estado de salud es clave a la hora de conocer la cantidad de agua que necesitas, pues en caso de tener diarrea, vómitos o fiebre, necesitarás más líquidos. Además, las mujeres embarazadas deberían tomar un promedio de 10 vasos de agua al día y hasta 13 vasos en etapa de lactancia.
Para finalizar este post sobre la importancia de mantenerse hidratado, desde LABOCHECK, creemos interesante que conozcas ciertos momentos clave ideales para ingerir agua:
- Al levantarse: ingerir agua en el desayuno o nada más levantarte te ayuda a iniciar la actividad en tu metabolismo poniéndolo en marcha y eliminando fluidos de la noche.
- Antes de iniciar cada comida: es ideal para ayudarte a perder peso, pues te saciará calmando la ansiedad y alargando el tiempo de digestión.
- Entre horas: se recomienda beber agua entre horas, especialmente si has comido alimentos ricos en proteínas o si has disfrutado de una comida especial.
- Antes de acostarte: te ayudará tanto a conciliar el sueño como a levantarte temprano.
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