Consumir agua es un hecho vital. Una persona podría vivir un mes sin alimentarse, pero en cambio, si dejamos de beber agua nuestra vida puede correr peligro mucho antes.
Por lo general, suele aconsejarse tomar aproximadamente dos litros de agua diarios, pero lo cierto es que la cantidad recomendada depende del peso, talla y sexo de la persona, así como su actividad física y hábitos. Además, el exceso o defecto de determinadas sales en el agua, puede ocasionar efectos negativos a personas que sufran ciertas enfermedades o patologías como la hipertensión y los cólicos nefríticos entre otras.