El agua potable es
imprescindible para el mantenimiento de la vida. Las personas podemos pasar
incluso meses sin comer, sin embargo, tan sólo podemos pasar algunos días sin
beber agua.
Según la
Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea, el agua potable es aquella
que una persona puede beber todos los días, durante toda su vida y sin ningún peligro
ni riesgo para su salud. De modo que el agua potable no debe contener
sustancias o microorganismos que puedan
provocar enfermedades o perjudicar nuestra salud.
El agua que
consumimos para beber, cocinar, ducharnos, limpiar o regar las plantas, es
captada directamente de la naturaleza, ya sea de ríos, embalses, lagos o
acuíferos. Sin embargo, el agua puede ser potable o no potable, por lo que es
necesario un proceso de potabilización.
Y es que detrás de
un agua de buena calidad existen una serie de procesos de tratamientos físicos,
químicos y microbiológicos que controlan y aseguran que el agua que llega a
nuestras casas cuando abrimos el grifo tiene la calidad exigida por las
autoridades sanitarias de nuestro país, la Unión Europea y la Organización
Mundial de la Salud para el consumo humano.
Desde estas plantas
potabilizadoras, el agua es almacenada en grandes depósitos y posteriormente enviada
hasta nuestros hogares a través de una red de tuberías, conocida como red de
abastecimiento o red de distribución de agua.
A pesar de que el
agua que obtenemos abriendo el grifo de casa tenemos la seguridad de que ha
pasado estos estrictos controles de calidad, hay que tener en cuenta que los
beneficios del consumo de agua dependerán también de la composición del agua.
De modo que, el agua del grifo, aunque tenemos la tranquilidad de saber que es
agua potable, puede contener sales y otros elementos que pueden afectar a
determinadas personas con problemas de salud.
Desde LABOCHECK te
ofrecemos la posibilidad de conocer la composición del agua que consumes.
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composición de tu agua y sus efectos para tu organismo.
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