Beneficios del consumo de agua durante el embarazo

Durante el embarazo, el porcentaje de agua corporal se incrementa notablemente. Solo el líquido amniótico, que protege al bebé en el interior del útero materno, supone cerca de un litro de agua. Además, la sensación de sed de la futura madre también se incrementa, por lo que es interesante hacer caso a las señales que el organismo emite, bebiendo la cantidad de agua que éste le demande.

Como mínimo, la embarazada necesita beber diariamente entre 8 y 10 vasos de agua al día. Sin embargo, hay circunstancias en las que se recomienda incrementar ese consumo. En los casos de embarazos con oligoamnios –cuando la cantidad de líquido amniótico es anormalmente pequeña- los expertos aconsejan beber entre 8 y 12 vasos de agua al día. Del mismo modo, conviene cuidar la hidratación en épocas de diarrea severa o en caso de sufrir fiebres altas.

Según la Sociedad Española de Nefrología, el consumo de agua durante el embarazo puede ayudar a prevenir y aliviar algunas de las molestias más habituales durante la gestación, tales como el estreñimiento, las hemorroides o las infecciones de orina o cistitis.

Además, el consumo de agua, ayuda a evitar la hinchazón y la sensación de piernas cansadas producidas por la retención de líquidos. Y beber agua a pequeños intervalos permitirá prevenir la acidez causada por los jugos gástricos, así como las náuseas que tanto malestar causan a la mayoría de embarazadas.

Por otra parte, beber agua no solo ayuda a prevenir la hipertensión y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares de la madre, al aumentar el volumen de la sangre, sino que también protege la salud del bebé facilitando la distribución del flujo de nutrientes hacia el torrente sanguíneo del bebé y renueva e hidrata el líquido amniótico.

Dada la importancia del consumo de agua durante esta etapa tan importante para la mujer y su futuro hijo, vale la pena asegurarse de que su calidad es la más adecuada. Desde LABOCHECK te ofrecemos la posibilidad de evaluar tu agua a través del Check Baby, que analiza el contenido de aquellas sustancias que más pueden afectar a bebés y embarazadas.