Un bebé tiene las mismas necesidades de ingerir agua e hidratarse que un adulto. Sin embargo, los bebés son especialmente sensibles a la calidad de lo que consumen, dado su poco crecimiento madurativo. Aparte de tratarse de un elemento esencial para la vida humana, damos agua a nuestros bebés para aplacar su sed y para tranquilizarlos. Además, el agua alivia los dolores causados por los cólicos del lactante y ayuda a prevenir y combatir los catarros y el estreñimiento.
Pero, ¿sabemos cuál es la calidad del agua que les damos a nuestros hijos? Cuanto mejor informados estemos sobre la composición del agua que tomamos, mucho mejor será su alimentación y, por tanto, más saludables crecerán.
Por todo ello, desde LABOCHECK queremos ofreceros unos consejos básicos para que deis agua de calidad a vuestros bebés. Desde la Asociación Española de Pediatría, nos ofrecen algunas pautas sobre los componentes de las aguas minerales más adecuadas para el lactante:
- Los niños necesitan beber agua de mineralización muy débil, ya que la alta concentración de minerales sobrecarga los riñones del pequeño.
- El agua para los biberones de un bebé debe tener un contenido bajo en sodio. Los bebés menores de 4 meses tienen los riñones muy inmaduros y tienen dificultad en la excreción de sodio. Para los bebés de menos de 4 meses de vida, el agua debe contener menos de (25mg/l) de sodio; y si tienen entre 6 meses y un año, menos de (50mg/l).
- El flúor causa debilitamiento en los huesos, por lo que no deberían ingerir cantidades superiores a de (0,3mg/l).
- Debe contener la mínima cantidad posible de nitratos (menos de 25mg/l).
Si deseas conocer la composición de tu agua para asegurarte de que es la idónea para tu bebé, pídenos información sobre nuestro Check Baby.
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