El agua es un recurso indispensable, y no solo para el funcionamiento de nuestro organismo o para que podamos llevar a cabo nuestras tareas cotidianas, sino que en los últimos años se ha convertido en un pilar fundamental para la industria turística y del ocio.
Más allá de las formaciones naturales que el agua deja a su paso y que siguen siendo motivo de admiración por parte del público que las visita, el hombre ha sabido utilizar el agua para crear lugares llamativos y ofrecer al usuario propuestas de ocio diferentes. Los deportes y espectáculos acuáticos, así como las técnicas que emplean el líquido elemento para ofrecer bienestar ocupan un lugar destacado entre las prácticas preferidas durante el tiempo libre.
Sin duda, uno de los usos que mejor han sabido promocionar los beneficios del agua son los centros de bienestar como balnearios y spas. Estos lugares, que emplean técnicas milenarias, herederas de las termas romanas y baños turcos, son actualmente uno de los servicios más demandados por usuarios de cualquier género y edad, que acuden a ellos en busca de sensaciones reconfortantes.
Y es que las fuentes de aguas termales siempre se han asociado a propiedades curativas y a tratamientos terapéuticos para la reducción del estrés. Los beneficios de las aguas termales no se deben únicamente al agua, sino que la temperatura del agua beneficia la absorción de los minerales que contiene. Componentes que pueden analizarse con tests como los que realiza LABOCHECK.
Además de aumentar la temperatura del organismo, ayudando a eliminar gérmenes y bacterias del organismo, el contacto con este tipo de aguas hace aumenta la oxigenación y la presión sanguínea, aumentando la oxigenación de las células y mejorando la digestión. El contacto reiterado con aguas termales ricas en magnesio, azufre y calcio, beneficia también el funcionamiento del sistema nervioso e inmunológico y de las glándulas endocrinas, cosa que propicia el estado de relajación mental.
Entre otras ventajas, las aguas termales son beneficiosas para las enfermedades de la piel, como dermatitis, psoriasis u hongos. También ayudan a mejorar los problemas de circulación, enfermedades ginecológicas, problemas gastrointestinales y enfermedades respiratorias leves.
En este capítulo de la serie documental La calle del agua de rtve2, se habla del uso y racionalización del agua en las distintas ofertas de ocio. Ver vídeo
Sin duda, uno de los usos que mejor han sabido promocionar los beneficios del agua son los centros de bienestar como balnearios y spas. Estos lugares, que emplean técnicas milenarias, herederas de las termas romanas y baños turcos, son actualmente uno de los servicios más demandados por usuarios de cualquier género y edad, que acuden a ellos en busca de sensaciones reconfortantes.
Y es que las fuentes de aguas termales siempre se han asociado a propiedades curativas y a tratamientos terapéuticos para la reducción del estrés. Los beneficios de las aguas termales no se deben únicamente al agua, sino que la temperatura del agua beneficia la absorción de los minerales que contiene. Componentes que pueden analizarse con tests como los que realiza LABOCHECK.
Además de aumentar la temperatura del organismo, ayudando a eliminar gérmenes y bacterias del organismo, el contacto con este tipo de aguas hace aumenta la oxigenación y la presión sanguínea, aumentando la oxigenación de las células y mejorando la digestión. El contacto reiterado con aguas termales ricas en magnesio, azufre y calcio, beneficia también el funcionamiento del sistema nervioso e inmunológico y de las glándulas endocrinas, cosa que propicia el estado de relajación mental.
Entre otras ventajas, las aguas termales son beneficiosas para las enfermedades de la piel, como dermatitis, psoriasis u hongos. También ayudan a mejorar los problemas de circulación, enfermedades ginecológicas, problemas gastrointestinales y enfermedades respiratorias leves.
En este capítulo de la serie documental La calle del agua de rtve2, se habla del uso y racionalización del agua en las distintas ofertas de ocio. Ver vídeo
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