La hipertensión arterial afecta a
muchos millones de personas en el mundo. Concretamente, se calcula que el 25%
de la población adulta de los países desarrollados sufre este problema. El
problema de la hipertensión se origina cuando los niveles de la presión
arterial se mantienen elevados, de forma persistente, por encima de los límites
considerados como normales. Actualmente, los datos sobre las causas de
mortalidad en los países occidentales la sitúan como la primera causa de
muerte, por encima de enfermedades como el cáncer o los accidentes de tráfico.
La hipertensión es un riesgo para nuestro bienestar, incluso con independencia
de otros factores de riesgo.
La persona hipertensa tiene que
seguir una serie de pautas establecidas por su medico, los principales
tratamientos van dirigidos fundamentalmente a la reducción del consumo de sodio
(sal) y a aumentar el ejercicio físico de tipo aeróbico como andar o correr. La
modificación del estilo de vida de la persona hipertensa es fundamental para
disminuir las posibles complicaciones que esta enfermedad puede traer.
El consumo de aguas minerales por
parte de los hipertensos puede tener cierta importancia, ya que, hasta hace
poco, las recomendaciones tenían solo en cuenta
las cantidades de sodio. En las dietas hipo-sódicas más restrictivas no
se aconsejan las aguas con contenido mayor de 20 mg/l y la normativa de aguas envasadas
recoge la posibilidad de etiquetar a las
aguas como sódicas. Pero un agua mineral rica en sodio puede ser una fuente
significativa de cloruro o de bicarbonato (dependiendo del contenido de cloruro
y de bicarbonato acompañante), así como de potasio, calcio y magnesio,
elementos todos ellos importantes en la sensibilidad de la presión arterial al
sodio.
De este modo, consumir agua con
mineralización débil no supone un riesgo para la salud del hipertenso. Las aguas minerales que
encontramos en cualquier supermercado, poseen cantidades variables de sodio, por
ello, los hipertensos deben prestar atención al contenido de este mineral.
Desde LABOCHECK
recomendamos que para evitar padecer hipertensión
debemos aumentar la ingesta del potasio (frutas y verduras como las patatas,
las uvas, las plátanos, etc.),
reducir en la proporción de consumo de sodio/potasio e incrementar el consumo
de calcio (productos lácteos), de magnesio y de vitaminas A y C y también la
ingesta de fibra vegetal, grasas no saturadas (aceite de oliva, girasol y maíz), proteínas y carbohidratos.
Por ello, desde LABOCHECK
recomendamos a las personas hipertensas que, independientemente de la
restricción de sal en la dieta, la complementen con aguas minerales ricas en
bicarbonato sódico, calcio, potasio y magnesio. Si necesitas conocer los
parámetros físico-químicos de tu agua, te ofrecemos el CHECK SALUD, con esté
análisis de agua podemos conocer la concentración de sales que contiene,
puesto que un exceso o defecto de determinadas sales puede resultar perjudicial
para el organismo, sobre todo, si eres hipertenso.
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